
Desde noviembre 2012 que cambié el ritmo de publicación del blog a un post diario*, al darme la oportunidad de escribir mucho más frecuentemente, he podido experimentar un poco con lo que voy escribiendo, para ir encontrando mi estilo, lo que más «funciona», lo que menos, y he podido validar una hipótesis en primera persona.
Cuando escribes en un blog, puedes hacerlo por muchos motivos, vamos a ver un par:
Si el principal es crecer en audiencia y tráfico para hacerlo un blog popular, al coste que sea, te recomiendo que además de tratar temas que te gusten, lo hagas manteniendo un nivel elemental, y aunque hables de aspectos evidentes para ti, es decir, que trates temas muy muy básicos, y los expliques de la forma más fácil que puedas, sin obviar lo más mínimo, con el lenguaje más llano que seas capaz, y evitando a toda costa los tecnicismos y palabros ingleses, como mucho, si los usas, los explicas, o incluso les puedes dedicar un post para explicar que significan, haciendo si hace falta una serie de artículos a su entendimiento y desarrollo por fascículos, siempre en tono didáctico y constructivo.
Por contra, si no te importa tanto el tráfico y las grandes masas, y prefieres tener pocos usuarios lectores que sigan tu blog, pero de perfil avanzado, que busquen contenido de nivel, en el que no se hable de banalidades, sino que sea analítico, con críticas y opinión concienzuda, donde se expliquen el porqué de las tendencias, el meollo de las noticias de la actualidad desde tu propio punto de vista, aportando tu visión diferente y con un sesgo claramente personal, basado en tu experiencia y en tu propia trayectoria profesional, pero siempre al día.
Cada uno de los dos enfoques es totalmente contrapuesto, y cada uno de ellos es un camino que te lleva a un destino diferente. El contenido y como se enfoca, tiene la habilidad de separar de forma natural cada una de las audiencias, de modo que en tus manos está hacer lo que prefieras, para conseguir el público que más te interese obtener.
La explicación de porqué esto es así, es muy sencilla, el otro día, en una visita que nos hizo al despacho Fernando Muñoz junto con Miguel López, comentábamos el tema de que desde nuestra perspectiva, existe mucho contenido de éxito que triunfa haciéndose tremendamente popular, siendo realmente que no aporta nada nuevo, o que directamente cuenta lo de siempre una vez más y de un modo pasmosamente simple.
El motivo es claro, y aunque esta pueda ser la forma de verlo del que está desde hace tiempo trabajando en el sector, no podemos obviar que cada día hay muchísima gente nueva que llega a Internet, que montan su primer negocio, por lo que cada día hay nuevas personas ávidas de aprender, de incrementar sus conocimientos en el campo que no tienen, y por tanto, este es el campo que más crece, porque Internet es información, y por tanto conocimiento, y mediante la navegación cada uno elije lo que le interesa, y lo que en otro medio podría ser repetitivo, en Internet no tiene fin, porque depende de la demanda, que además siempre es creciente.
Así, es lógico que si hacemos contenidos sencillos de digerir, sin necesidad de experiencia previa y para primerizos, tendremos un público asegurado mucho más amplio al que llegar, que si por contra escribimos solo para unos pocos expertos. De echo, uno de los valores más destacado del contenido más popular, al menos a nivel profesional, es que sea útil. Porque lo que es útil te asegura el éxito del post, porque gusta a esa mayoría que lo aprecia y lo comparte en masa, llegando a más y más gente.
Por otro lado, si tu contenido pretende aportar luces en temas peliagudos y rebuscados, lo más probable que no sea útil o no despierte el interés más que a unos pocos.. y aunque sea capaz de cambiar incluso opiniones de personas clave, abrir debates o inferir en puntos de vista de mucha gente relevante, nunca llegará a la gran masa, ni a ser apreciado por la audiencia general.
En conclusión, y desde este pequeño blog, al menos de momento, y a sabiendas de ambas direcciones y sus posibles consecuencias, quizás por mi pasado de dar clases, me apetece seguir combinando ambas, en la medida de lo posible. Porque es como por ahora más disfruto, por un lado contando lo más simple, e intentando hacerlo de un modo didáctico y útil, mientras por otro lado, me pongo a veces en plan profundo, intentando desgranar los temas que me parecen de más calado, o más nos atañen en el ámbito que me afecta. Quizás así, además de hacer lo que más me gusta, consigo, o no.., que me sigan una mezcla de ambos perfiles, aunque quizás es algo difícil, pero por pretenderlo que no quede.
¿Tú qué tipo de blog prefieres y porqué? ¿Has llegado a la misma conclusión que yo o no?
* Excepto el jueves pasado que me fue imposible, y ya llevo 2 faltas con ésta en 8 meses, si la memoria no me falla, que no ha salido el post diario por motivos de fuerza mayor.., espero que me sepáis perdonar, jej!
No se, Miguel Angel, supongo que todos hemos pasado por los dos extremos, pero te falta la vertiente de: escribo lo que quiero, cuando quiero y de lo que me da la gana 😀 Esos blogs suelen molar. Ahora bien, no esperes que te contraten por ello (a no ser que seas escritor y te interese que te lea alguna editorial)
Un abrazo
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Fernando, esa vertiente que comentas es la base de todo.., sino no escribiría nunca, pero cuando escribes todos los días, a pesar de que pueda parecer exagerado, con el hábito llega el momento que todos los días pudiendo elegir (dentro de escribir de lo que me da la gana), además podrías hacerlo hacia un lado o hacia otro.. 🙂
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